Se ha vuelto una costumbre en muchas personas que al escuchar de la cercanía del mes de Ramadán lo primero que hacen es salir corriendo a los supermercados y centros comerciales para proveerse de las cosas que necesitan para este noble mes. No está demás preparar la despensa para lo que se viene o compran utensilios, vestimenta y tantas otras cosas que se necesitan, siempre que en nuestra mente no esté la idea de que Ramadán es solo un mes de gastos, invitaciones y derroche. Solo queremos hacer un llamado a una cuestión que nos preocupa bastante, pues notamos que algunos de nuestros hermanos y hermanas son compulsivos a la hora de comprar, tanto así que en varios países demográficamente islámicos la cantidad de alimentos que se venden en este periodo se duplica y en algunas partes hasta se triplica; asunto que preocupa bastante. Por otra parte, nos encontramos con que apenas se acerca Ramadán los centros comerciales, almacenes y mercados se engalanan con todo tipo de anuncios publicitarios con “grandes rebajas para el mes sagrado”. Pareciese que Ramadán se ha convertido en un mes de banquetes y estrene de decoración para el hogar y de ropa para la familia.
Como no se puede evitar hacer compras, pues es una necesidad, queremos hacer algunas recomendaciones a todos nuestros lectores relacionadas al comportamiento que debe tener todo musulmán al dirigirse al mercado (centros comerciales, supermercados y almacenes), para que las tenga siempre en cuenta, en especial en este tiempo tan especial.
1. No olvidarse de la plegaria que se hace al entrar a estos sitios, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Quien entre a un mercado y diga: ‘No hay divinidad salvo Al-lah, Único, sin asociado, Suyo es el reino y Suya es la alabanza, Él Da la vida y la muerte, Él Es el Viviente que no muere, en Sus manos Está el bien y Es sobre toda cosa Poderoso’, tendrá una recompensa de cienmil Hasanah, se le borrará cien mil faltas y se le construirá una casa en el Paraíso”. [At-Tirmidhi]
2. No alzar la voz ni gritar ni discutir enérgicamente, comos si se estuviera peleando, para pedir rebajas o negociar alguna mercancía. Dentro de la grandiosidad del comportamiento de nuestro querido y amado Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, encontramos que se le describió como una persona que: no era uno que usara mal lenguaje ni aparentaba ser mal hablado para divertir a la gente ni alzaba la voz en el mercado, tampoco devolvía un mal con otro mal, por el contrario, perdonaba y disculpaba a quien le ofendía. Solía decir: “Los mejores de vosotros son los que mejor carácter tienen”. [Bujari]
3. Se debe ser recatado en el comportamiento en general y mantener la vista siempre baja, seamos hombres o mujeres. Dice Al-lah, Altísimo sea, (lo que se interpreta en español): {Diles a los creyentes [¡Oh, Muhammad!] que recaten sus miradas y se abstengan de cometer obscenidades [fornicación y adulterio], pues esto es más puro para ellos. Ciertamente Al-lah Está bien Informado de lo que hacen.} [Corán 24:30] Por lo tanto, una creyente y un creyente deben apegarse a las normas establecidas por el Islam en cuanto a la vestimenta y el comportamiento al salir a la calle. Entre más se vaya a los centros comerciales y almacenes, más se expone la persona a la tentación (y no nos referimos únicamente a la tentación que puede haber entre los hombres y las mujeres, sino la de querer comprar más y más o caer en la envidia, al ver que otros adquieren cosas que nosotros no podemos).
4. Tener presente que debemos ser limpios y organizados en los lugares públicos, en este caso, en los centros comerciales y almacenes. No debemos ser causa de suciedad, tirando papeles, bolsas y demás basura en cualquier parte, pues esta acción perjudicará a los demás y, como sabemos, nos está prohibido perjudicar a las otras personas directa o indirectamente. Gracias a Al-lah, por todas partes se han dispuestos lugares específicos para arrojar la basura, pero en el caso de no encontrarlos, debemos guardarla con nosotros hasta que encontremos un lugar apropiado para tirarla.
5. Tener presente que debemos saludar de la manera que el Islam nos enseña (Assalamu ‘Alaikum) a todo mundo, conozcamos a la persona o no. Quien lo haga será merecedor de una gran recompensa, porque está cumpliendo con una de las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien dijo: “No entrarán en el Paraíso hasta que crean, y no creerán hasta que se amen los unos a los otros. ¿Quieren que les señale una manera de amarse mutuamente? Saluden a todo mundo”. [Muslim] Se registró que algunos de los Sahabah, como Ibn Omar, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, iban específicamente al mercado para saludar a la gente que había allí, y así ser merecedores de tanta recompensa.
Por último, queremos recordar a nuestros hermanos y hermanas que no deben descuidar su alma. Que de la misma forma en que se preocupan por reunir todo lo que necesitan para su cuerpo, alimentos y demás, deben pensar también en su espíritu. Al fin y al cabo, los seres humanos fuimos creados de materia y espíritu; por lo tanto, debemos tratar al máximo de lograr un equilibrio entre estas dos esencias, y qué mejor forma que aplicar las enseñanzas prácticas del Islam, mismas que van encaminadas a ayudar al creyente a que logre este equilibrio para que alcance la felicidad en esta vida y en el más allá.