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Para la mujer
¿A qué te dedicas?
México.-"¿Profesión?". Un serio juez atrás de escritorio y máquina de escribir le pregunta a una señora. Ella un poco cohibida responde: "Limpiadora, cocinera, doncella, costurera, planchadora, niñera, maestra, telefonista, recepcionista, chofer, psiquiatra, enfermera, puericultora, economista, matemática, intendente y amante esposa".
Con ceño fruncido el juez responde: "Todo eso no cabe". Resignada la señora contesta: "Pues entonces ponga Ama de casa; es lo mismo".
Esto que el caricaturista español Forges nos plantea graciosamente, es el sentir de muchas mujeres.
A todos nos ha tocado ver en alguna reunión que alguien saca la pregunta "¿A qué te dedicas?" y escuchamos las orgullosas respuestas de muchas mujeres: "Tengo mi propio negocio", "Soy productora de televisión...", "Estoy estudiando un diplomado...", "Soy ejecutiva de cuenta del Banco...".
Cuando alguien nota a esa mujer que se quedó callada y le insiste sobre la pregunta "¿Y tú?", notamos cómo en un tono de voz más bajo y con cierto dejo de disculpa contesta: "Yo 'sólo' me dedico al hogar?". ¿¿Sólo?? Todos nos deberíamos de asombrar al escuchar ese 'sólo' si por un momento recordamos que una ama de casa es quien dirige una empresa muy importante que se llama familia.
Su producción es nada más y nada menos que todos los hombres y mujeres que construyen el futuro. ¿Usted cree que habrá otra empresa más relevante que ésta? ¿Imagínese qué sería de la sociedad sin ella y sin su directora general?
Ese "sólo" refleja que el menosprecio comienza por ella misma. Pareciera que para nosotras las mujeres, el tener una actividad fuera de casa se ha convertido en una forma de valorarnos. Al mercantilizar la vida, donde tanto tienes tanto vales, o peor aún, tanto haces tanto vales, la ama de casa se siente inútil a la sociedad cuando "sólo" sacó un hogar adelante.
Cada 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) los medios ensalzan a las mujeres en la política, en las ciencias, en las artes, y siempre han dejado de lado a esta mujer que trabaja sin horario, sin remuneración económica, sin tener pensión de jubilación, sin fondo para el retiro y con frecuencia sin reconocimiento. Simplemente su trabajo es tan ingrato como la limpieza de un vidrio. Si está limpio nadie nota que se limpió, si está sucio aunque sea por la huella de un dedo, de inmediato se ve y es motivo de queja o reclamo.
De acuerdo a la psicóloga Julia Borbolla, autora del libro "Profesión: mamá", es verdad que las grandes tareas de una ama de casa no dan prestigio social, por supuesto no se reflejan en el producto interno bruto y no producen ingreso económico. Sin embargo, pensemos que la persona que más influencia tiene en la vida de cualquier ser humano exitoso, productivo e íntegro es la madre. Lo que ella le da a un hijo, no lo puede dar nadie. La mejor catedrática para enseñar al niño cómo ser una persona completa, íntegra, para poder ser feliz es la mamá.
Veamos las huellas permanentes que deja en un niño:
1. Le enseña a tener un juicio. Eres niño o niña, eres bueno o desordenado, ¿quién eres? De la mamá depende que crezcamos con la idea de ser una estrella o un bruto.
2. El primer paso para aceptarse. De ella depende que me acepte yo mismo y por lo tanto sea aceptado por los demás.
3. La espontaneidad. Cuando un niño es espontáneo, es un niño seguro de sí mismo. Y eso le permite improvisar en la vida libremente.
4. Independencia. Si la mamá le infunde seguridad y espontaneidad, entonces el niño podrá ser independiente.
5. Aprecio por la naturaleza y el arte. La capacidad de admiración o de ver la vida bajo la lente materialista lo inculca, más que nadie, la mamá.
6. El ser capaz de relacionarse bien con los demás. La mamá es quien enseña los detalles de: "da las gracias", "pide una disculpa", "préstale el juguete"... tan importantes en la vida.
7. Sentido de ética y valores. Cuando el niño aprende valores como la honestidad, el orden y la prudencia en los primeros años de vida, más tarde será difícil que los deje a un lado.
8. Sentido del humor. La mamá es la que enseña al niño a reírse de los demás o con los demás. Pequeña gran diferencia.
9. La creatividad. Cuando un niño crece seguro de sí mismo y se sabe aceptado, será un niño que podrá desarrollar mejor la creatividad.
10. Acertividad. La mamá educa a que el niño viva la consecuencia de sus actos. Cumples tienes premio, no cumples, una reprimenda. Así como lo enseña a que no sienta ni rebeldía por la autoridad, ni falta de valor.
11. Espiritualidad. La mamá es quien le enseña a rezar, a dar gracias, a pedir por su familia. Se ha visto que quienes aprenden la religión y la moral desde chicos en sus casas, siempre la practican.
Así que si le ponemos precio al trabajo de una ama de casa, resulta que sería de los más caros. Su capacitación es del más alto nivel.
Sin un empresario con estas capacidades no habría empresa, no habría hombres y mujeres exitosas. Lo importante es que ella misma se dé cuenta. Que a sus hijos les transmita que el ser ama de casa no es un oficio de segunda, es el más digno, el más alto y el que más influencia tiene en la sociedad.
Si usted es madre de familia y no trabaja fuera de su hogar, en la próxima reunión que le pregunten "¿a qué te dedicas?" con el mismo tono de orgullo que se expresan las demás diga: "Soy ama de casa, y ¿tú?".
