La mujer musulmana tiene el potencial de beneficiar a la Ummah de muchas y variadas formas. La Ummah está sufriendo mucho en este tiempo y los musulmanes, tanto hombre como mujeres, deben levantarse ante el desafío y ayudar al restablecimiento de su gloria. Hay mucho trabajo por hacer y no hay tiempo que perder. Una mirada sobre algunos ejemplos de la historia dilucidará el importante rol que las mujeres han desempeñado, y pueden seguir desempeñando, en pro del beneficio de la sociedad.
Como eruditas
Las mujeres tienen habilidades para aprender y sobresalir en varias disciplinas y para usar este conocimiento para el beneficio de la Ummah. La Ummah tiene una especial necesidad de eruditas musulmanas, quienes puedan ayudar a guiar a las mujeres y a la nación en su conjunto. Aunque los estudios islámicos pueden ser considerados como algo inferior a los otros campos de estudio, es tiempo de volver a ponernos en una posición superior. El mejor ejemplo de una erudita musulmana es, por supuesto, ‘A’ishah Bint Abu Baker. Hay sabiduría detrás del hecho de que ella se haya casado con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a una corta edad, ya que ella vivió por lo menos unos 50 años más después de su muerte. Durante su tiempo con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, ella aprendió y adquirió conocimiento de las dos más importantes fuentes de guía de Al-lah: el Corán y la Sunnah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
Después de su muerte, ella pasó esos 50 años enseñando, narrando, aconsejando y ayudando a otros. ‘A’ishah es una de las cuatro personas que transmitieron más de 2.000 dichos del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Muchos compañeros del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se beneficiaron de su conocimiento, tal como Abu Musa Al Ashari dijo: “Cuando nosotros, los compañeros del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, encontrábamos cualquier dificultad en el tema de algún hadiz, se lo referíamos a ‘A’ishah y encontrábamos que ella tenía el conocimiento definitivo sobre el mismo”. Ella fue una de los primeros juristas del Islam, y fue una de las tres esposas del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, que memorizaron el Corán completo. Ella fue una erudita de la ley y la medicina, una educadora y oradora. En general, ella desempeñó un papel muy importante en la preservación y transmisión, tanto del Corán como de la Sunnah, a las generaciones siguientes, así como la riqueza de otros conocimientos. Ella provee un magnífico ejemplo de logros y contribuciones que una mujer musulmana puede hacer para el beneficio de la Ummah. Debemos animar a nuestras mujeres jóvenes a convertirse en las ‘A’ishas de hoy y mañana.
Como benefactoras
La Ley Islámica reconoce la propiedad y los derechos económicos de las mujeres antes y después del matrimonio. Ellas pueden comprar, vender o arrendar sus propiedades según su voluntad y pueden usar su riqueza sin la interferencia de nadie.
Por esta razón, algunas mujeres musulmanas se vuelven muy ricas. A través de la historia las mujeres musulmanas han utilizado sus recursos en la causa del Islam y para el beneficio de la Ummah. Jadiyah Bint Juwalid fue el mejor ejemplo de esta generosidad. Ella fue la primera esposa del profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y una acaudalada mujer de negocios.
Su apoyo al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue evidente en muchos sentidos, incluyendo el financiero, ya ella dio una gran cantidad de su riqueza para apoyar su misión. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo respecto a Jadiyah: “Ella creyó en mí cuando la gente me rechazó. Y ella creyó en mi honestidad cuando la gente dijo que era un mentiroso. Y ella me apoyó con su riqueza cuando la gente me la negó”. [Bujari y Muslim]
Existen muchos otros ejemplos de mujeres benefactoras a lo largo de la historia del Islam. Fátima Al Fihriah (880 d.C.) heredó una considerable riqueza, y ella la utilizó para construir una escuela y una mezquita en Qairwain, Marruecos. Ambas, la mezquita y la escuela fueron el centro del aprendizaje islámico en Marruecos por más de 1.000 años, y es la universidad más antigua de Marruecos. Mariam Bint Ash-Shams (1313 d.C.), Barakah Bint ‘Abdallah (1372 d.C.) y Al Udar Al Karimah del Yemen (1360 d.C.), también construyeron escuelas y mezquitas a lo largo de ese país. Banafsha’ Ar-Rumiah (1008 d.C.), renovó Bagdad y estableció su propia escuela e hizo varias donaciones.
Muchas mujeres tienen la capacidad económica de fomentar el avance de la Ummah de muchas formas, como lo evidenciado por los ejemplo de nuestras predecesoras. La Ummah necesita escuelas, mezquitas, centros de servicios sociales, etc.
Las mujeres musulmanas tienen que aprender el valor del dinero desde una temprana edad, así como al importancia de colaborar con su riqueza a la causa de Al-lah. Debemos animar a nuestras jóvenes mujeres a aplicar en ejemplo de Jadiyah en sus vidas.
Las mujeres musulmanas han jugado un papel muy importante en la sociedad a través de la historia islámica. Ellas han sido doctoras y trabajadoras sociales, eruditas y educadoras, benefactoras y administradoras. Ellas han ayudado a formación el surgimiento de la civilización islámica. Ellas hicieron todo esto manteniendo al mismo tiempo los principios islámicos de modestia, dignidad y honor. Las mujeres musulmanas tienen un asombroso potencial. Es tiempo de hacer realidad esas posibilidades y ayudar a regresar al Islam a su lugar correcto.