Por mucho tiempo entre las tribus árabes reinó un ambiente donde predominaba la idolatría, y la gente se criaba con la costumbre del fanatismo y el chauvinismo tribal de Al Yahiliyyah (la época de ignorancia preislámica).
Allí es donde se perdieron las enseñanzas de los Mensajes Divinos, se confundió la creencia de la naturaleza pura y sus fundamentos, hasta que lo falso se volvió verdad y la virtud se convirtió en vicio; el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, no tenía otra opción frente a esta realidad sino posponer el anuncio de su Da‘wah al público. Era suficiente hacer Ad-Da‘wah en secreto a quien estaba cerca de él, para que el enfrentamiento directo al principio de Ad-Da‘wah no fuera un motivo para el fracaso de su misión que Al-lah le había encomendado.
Fue normal que el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, empezara por invitar al Islam a su familia y a la gente más cercana a él.
A la cabeza de esta gente estaba su esposa Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella. Fue, pues, la primera que creyó en él, la primera que escuchó la Revelación Divina de la boca del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, y presenció el testimonio de la gente del Libro acerca de la sinceridad de su profecía, a través de su tío Waraqah ibn Nawfal.
Luego el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, invitó al Islam a su primo ‘Ali ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, y él aceptó inmediatamente a pesar de su corta edad. Luego, abrazó el Islam su esclavo Zayd ibn Harizah, que Al-lah esté complacido con él, sus hijas Zaynab, Umm Kulzum, Fátimah y Ruqayyah, que Al-lah esté complacido con ellas. Así, la casa de la profecía tuvo el honor de la precedencia en el Islam.
Luego el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, pasó al ámbito de sus amigos y conocidos, así que invitó a Abu Bakr, que Al-lah esté complacido con él, quien no vaciló ni un segundo en creer en él. El Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, permaneció agradecido con él por este favor, pues dijo: “Todos los que invité al Islam se preocuparon, vacilaron y lo meditaron excepto Abu Bakr”, narrado por Ibn Is-haq, que Al-lah le dé Su perdón.
La conversión de Abu Bakr, que Al-lah esté complacido con él, al Islam fue un buen comienzo para el Islam y su Da‘wah, ya que la tribu de Quraysh le amaba por su gran sabiduría y su hospitalidad y su posición como un hombre destacado entre los grandes comerciantes, quienes tenían gran poder en la sociedad de la Meca. Así pues, le respondió mucha gente, entre ellos: ‘Uzman ibn ‘Affan, Talhah ibn ‘Ubaydil-lah, Az-Zubayr ibn Al ‘Awwam, Sa‘d ibn Abi Waqqas, ‘Abd Ar-Rahman ibn ‘Awf, ‘Uzman ibn Madh‘un, Abu Salamah ibn ‘Abd Al Asad, Abu ‘Ubaydah ibn Al Yarrah, Al Arqam ibn Abi Al Arqam, Jabbab Ibn Al Arat, ‘Ammar ibn Yasir y su madre, que Al-lah esté complacido con todos ellos.
Cada uno de ellos fue a difundir la Da‘wah a aquellos en quienes confiaban. Eso fue la causa de la conversión de un grupo de los Compañeros al Islam, hasta que llegó el número de los que abrazaron el Islam en aquella época –según las fuentes de Al-Sirah– a cuarenta personas, entre hombres y mujeres, ésos eran los primeros precursores quienes fueron mencionados en la aleya (cuyo significado en español es): {Y de los primeros precursores, tanto de los que emigraron como de los que les auxiliaron.} [Corán 9:100]
Puede parecer que haya algo de contradicción entre las narraciones que mencionan a los primeros quienes se volvieron musulmanes. Esta diferencia se debe a que aquellos primeros Compañeros ocultaban su conversión al Islam.
A través de revisar los nombres de los primeros Compañeros que abrazaron el Islam, notamos que pertenecían a tribus dentro y fuera de Quraysh. Eran de: Banu Umayyah, Banu Asad, Banu ‘Abd Al-Dar, Banu Yumah, Banu Zuhrah, Mudh-hiy, Daws y otros. Eso muestra una indicación clara de los rasgos de esta Da‘wah nueva y su lejanía de las llamadas fanáticas de Al Yahiliyyah. Pues, si esta Da‘wah hubiera sido fanática, Banu Hashim, la tribu del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, habría sido la gente más privilegiada y la que más habría seguido esta nueva Da‘wah.
Es digno de señalar también que la mayoría de quienes abrazaron el Islam eran de gente de poder y honor, y no había entre ellos sino trece hombres que eran esclavos, es decir, El llamado del Islam no era una revolución contra los ricos o la gente de poder, o una huida de la vida de esclavitud y pobreza, sino que era un mensaje basado en sacar a la gente de la oscuridade hacia la luz, una creencia pura que corrige la relación del hombre con su Creador y es una doctrina divina que organiza su vida.
El Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, siguió en esta Da‘wah secreta más de tres años, enseñando la verdad de Al-Tawhid (monoteísmo Islámico), sembrando las semillas de la fe y los buenos modales. La casa de Al Arqam ibn Abi Al Arqam, que Al-lah esté complacido con él, fue elegida para esta misión.
En aquella época fue legislada la oración: dos Rak‘at (el plural de Rak‘ah, ciclo del rezo) por la mañana, y otras dos por la noche. Esto viene en la aleya (cuya interptretacin en español es): {y glorifica a tu Señor con las alabanzas que Le son debidas por la tarde y de madrugada.} [Corán40:55] Los Compañeros rezaban en los valles y desfiladeros, para que no se descubriera su reversión al Islam.
La gente seguía adhiriéndose a la nueva religión hasta que se formó el primer grupo islámico y se fortaleció, y vino el momento adecuado para declarar pública la invitación y enfrentarse con la sociedad, a pesar de todo lo que aquella etapa supondría de perjuicios, torturas y sacrificios. El comienzo de la Da‘wah pública fue cuando esta aleya fue revelada (cuya interpretación en español es): {Y advierte a tu clan, a los que están más próximos a ti.} [Corán 26:214]