Siempre que se acerca el tiempo de cumplir una de las órdenes establecidas por Al-lah, como la oración o el ayuno de Ramadán, debemos estar alerta para no dejarnos robar las bendiciones que hay en estas acciones y tiempos tan especiales; pues siempre hay demonios del los Yin (los genios) y los hombres urdiendo planes para alejarnos de todo lo que nos beneficia espiritualmente.
El mes de Ramadán llega cargado de bendiciones para todo los musulmanes a lo largo y ancho de la tierra, para todo aquel que quiera aprovechar esta oportunidad única en la vida de curar las enfermedades que durante todo el año han afectado a su corazón y a su alma, todo esto con tan solo responder la llamada de su Señor, el Altísimo, que proclama: “Oh, tú que estás en búsqueda del bien, apresúrate”. Este llamado abre los umbrales de la espiritualidad para recibir todas las dádivas que Al-lah Ha Destinado, Dar Su perdón y llenar los corazones de tranquilidad; además, se libera la tierra de las brasas que salen del Infierno, de las cuales Dice Al-lah, Altísimo sea (lo que se interpreta en español): {¿Y qué te hará comprender qué es el fuego del Infierno? [Es un fuego que] No deja nada sin quemar, ni cesa jamás.} [Corán 74:27-28]
Uno de estos facinerosos es la televisión, la cual ha invadido hasta los espacios de mayor intimidad en el hogar. Día a día vemos cómo los contenidos nocivos atentan cada vez más contra la pureza del corazón, las virtudes morales y la buena conducta. Lo anterior hablando de la programación de forma general, porque lastimosamente muchos de los canales provenientes del Medio Oriente, donde la mayoría de la población es musulmana, apenas llega el mes de Rayab y el de Sha’ban (los dos anteriores a Ramadán), descaradamente se llenan de anuncios de las novelas, los festivales y concursos, que no tienen que ver con la adoración a Al-lah, que serán trasmitidos en este grandioso mes, especialmente en sus noches.
No hay duda de que la televisión también tiene varios aspectos positivos, como programas culturales, educativos y, por qué no, deportivos, pero aunque sean formativos, pueden hacernos perder el tiempo, distraernos de nuestras obligaciones y robarnos las bendiciones que hayamos podido ganar durante el día y la noche de Ramadán, al preferir quedarnos sentados frente a su pantalla en lugar de hacer la oración o leer el Corán.
Como en Ramadán los demonios de los Yin han sido encadenados y su poder se disminuye, sus socios de los humanos aprovechan cualquier grieta que el creyente haya dejado abierta para meterse por allí y despojarlos de cualquier bien que hayan alcanzado. ¿Cuántos de nuestros hermanos y hermanas se dejan llevar por el ambiente que se vive alrededor de un programa de televisión, donde se habla de los demás, se exponen tontamente a escenas eróticas de series, películas o propagandas, o mensajes que pueden generarles dudas sobre su fe o, como mínimo, desvelarse hasta altas horas de la noche, sin hacer otra cosa que estar atentos a todo lo que sale de este aparato electrónico? Como vemos, no solo es el contenido el que nos puede perjudicar, sino también la compañía que nos rodea, pues muchos de los que pensamos amigos quieren hacer de Ramadán, en especial de sus noches, veladas de desobediencia, contrario a lo que Al-lah Quiere. El Altísimo nos Dice (lo que se interpreta en español): {Al-lah Quiere Absolveros, mientras que quienes siguen sus pasiones quieren que os extraviéis completamente.} [Corán 4:27]
Hermanos y hermanas en el Islam, hay que tener mucho cuidado con los mensajes que estamos recibiendo de la televisión, porque la mayoría de las veces pensamos que no hay nada de malo en lo que estamos viendo, pero la realidad es otra. Los estándares de felicidad, éxito y libertad que se nos están queriendo imponer son contrarios a nuestra religión y a la misma razón. Se nos presentan los artistas como modelos a seguir, porque por su persistencia, dedicación y sacrificio, supuestamente alcanzaron la cumbre del éxito y la fama; pero qué clase de ejemplo es este, personas cuyas vidas están llenas de excesos en las bebidas alcohólicas o sumergidas en el mundo de las drogas, sin mencionar la lista de costumbres indecentes que tienen. Mencionamos esto porque es una realidad que muchos hogares que fueron levantados en la piedad y la Taqwa (temor reverencial de Al-lah) se trasformaron, en un abrir y cerrar de ojos, en lugares donde solo se desobedece a Al-lah.
Entonces, los ladrones que nos quieren robar las bendiciones de Ramadán son la televisión, el Internet, las malas compañías y el desperdicio del tiempo libre. Por ello, la responsabilidad de todo creyente para con su familia es estar atento a estos medios para evitar sus perjuicios y alcanzar de ellos solo lo que beneficia. En cuanto Ramadán, no debemos permitir que se lleven nuestra recompensa y la oportunidad de ser perdonados y liberados del castigo del Infierno.