Lamentablemente, hoy en día existen más barreras dentro de nuestras propias comunidades, familias e incluso mezquitas que a menudo marginan y desmotivan erróneamente, aunque sin quererlo, a las mujeres y niñas para que no desarrollen el potencial que Al-lah les ha dado. Estos mensajes erróneos, a veces resultado de un juicio superficial, de la creación de estereotipos y de la falta de reconocimiento de los numerosos desafíos personales y sociales a los que se enfrentan cada vez más los musulmanes, han contribuido a la crisis de fe que vemos hoy en día. Para salvaguardar la fe de las generaciones presentes y futuras, hay que rectificar con el conocimiento, la concienciación y la empatía adecuados para provocar un cambio efectivo desde dentro y, posteriormente, tener un impacto positivo en el mundo que nos rodea. Como dice el proverbio, se necesita un pueblo para criar a un niño. Volviendo al modelo profético, esto comienza con el fomento de la fe, la convicción y la confianza en nuestros hijos, así como en nuestros hermanos y hermanas por igual, con el mensaje de Tawhid, de conocer a Al-lah, y de la sumisión como fundamento de la existencia y la identidad de uno como verdadero ‘abd (siervo) de Al-lah. La adoración, la obediencia y específicamente la ḥaia en este caso, se asentarán mucho más sinceramente en la práctica una vez que los corazones se inclinen hacia Al-lah.
{A quienes se esfuercen por Mi causa los guiaré por Mis caminos. Dios está con los que hacen el bien} [Corán 29:69]
Conclusión
La hermana que está pensando en embarcarse en la travesía de usar el hiyab, o que está luchando por mantenerse adherida a él, debe saber que en el centro de cada acción del creyente está su conexión con Al-lah. Trabajar para fortalecerla la mantendrá firme y le facilitará el camino de la sumisión. La sierva de Al-lah nunca se rinde. Recuérdate a ti misma tu propósito recordando a Al-lah por Sus nombres y atributos. Él es el más Misericordioso, el Conocedor de todo, el más Justo, el más Sabio, el más Perdonador, el más Amoroso, tu Creador y Señor, Él es la fuente de guía y legislación. Dirígete a Al-lah en oración y súplica. Él está con los que se esfuerzan en Su causa. Mantén el rumbo y quédate cerca de otras mujeres que hagan lo mismo. {Aférrense todos a la religión de Dios y no se dividan en sectas. Recuerden la gracia de Dios cuando los hermanó uniendo sus corazones siendo que eran rivales unos de otros, y cuando se encontraban al borde de un abismo de fuego, los salvó de caer en él. Así les explica Dios Sus signos para que sigan la verdadera guía} [Corán 3:103]. Ningún desafío se supera con éxito sin fe y convicción en el corazón. Perfeccionar la propia sumisión es la prueba definitiva de la vida, que no termina hasta la muerte. El hiyab es una lucha, a diferentes niveles, para muchas mujeres. No es bueno el comportamiento condescendiente que algunos pueden mostrar hacia quienes no lo utilizan, ni la negación rotunda de su lugar en el Islam. Es un desafío, para algunas mayor que para otras, pero ningún desafío carece de su debida recompensa por parte del Señor de los Mundos. El puerto seguro de la sumisión requiere una profunda confianza en Al-lah y en Su promesa. El Mensajero de Al-lah dijo: “El Islam comenzó como algo extraño (raro) y volverá a ser algo extraño. Entonces, bienaventurados los extraños” (Sunan Ibn Maya). Los remos que nos llevarán a puerto seguro se construyen sobre la confianza (tawakkul) en Al-lah para guiar el camino con seguridad y facilidad. Al-lah establece una conexión en el Corán entre la sumisión y la completa confianza en Él:
{Te he enviado a una comunidad que fue precedida por otras, para que les recites lo que te he revelado, pero ellos no creyeron en el Compasivo. Diles: "Él es mi Señor, no hay otra divinidad salvo Dios, a Él me encomiendo y confío, y a Él he de retornar"} [Corán 13:30]
Ibn Taimia señaló, a la luz de este y otros versículos que tienen un significado similar, que la confianza en Al-lah se encuentra en la búsqueda de Su ayuda, y que está ligada de forma única a la sumisión en el sentido de que no se puede ser siervo de Al-lah ni adorarlo sin Su ayuda (Al ‘Ubudiya). Por último, Al-lah nos recuerda que en cada esfuerzo en Su camino la verdadera sierva es cuidadosa y firme. Mientras que el mundo puede haber colocado un foco en su hiyab, su vista está fijada inquebrantablemente en el faro de la sumisión. Las buenas acciones de adoración y obediencia, por muy disminuidas que parezcan en un mundo esclavizado a las normas y valores creados por el hombre, nunca se pierden con Al-lah, Aquel a Quien todos los siervos sinceros regresarán, para encontrar una recompensa eterna por cada esfuerzo realizado en este mundo.
{... Quienes tengan temor de Al-lah y sean pacientes [ante las adversidades], sepan que Al-lah no dejará de recompensar a los que hacen el bien} [Corán 12:90].