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Ramadán: Üna oportunidad invaluable para los jóvenes (Parte 2)

Ramadلn: Una oportunidad invaluable para los jَvenes (Parte 2)

Ejemplos de diligencia de los predecesores piadosos


Estos son algunos ejemplos brillantes que ilustran la diligencia de los predecesores piadosos en la adoración y la obediencia a Al-lah, Exaltado sea. Quizás el reflexionar sobre ellos levante nuestra moral y nos motive a realizar actos extra de adoración.

1. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía rezar de noche hasta que sus pies se hinchaban. Cuando se le preguntó al respecto [por qué lo hacía a pesar que sus pecados pasados y futuros habían sido ya perdonados], él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “¿Acaso no debo ser un esclavo agradecido?” [Bujari y Muslim]

2. Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, solía llorar profusamente, en especial durante la oración cuando recitaba el Noble Corán.

3. Omar, que Al-lah esté complacido con él, tenía dos líneas oscuras marcadas en sus mejillas, debido a su llanto frecuente.

4. ‘Uzman, que Al-lah esté complacido con él, solía recitar el Noble Corán completo en un solo Rak‘ah (unidad de oración).

5. ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, solía llorar en su habitación privada cuando rezaba, hasta que su barba estaba toda mojada por las lágrimas. Solía decir: “¡Oh mundo! Ve a engañar a otra persona. Te he divorciado tres veces, un divorcio irrevocable”.

6. Qatadah, que Al-lah esté complacido con él, solía recitar el Noble Corán por completo en siete días, y en Ramadán en tres días, y una vez cada noche durante las últimas diez noches de Ramadán.

7. Sufian Az-Zawri, que Al-lah esté complacido con él, solía llorar lágrimas de sangre debido a su temor a Al-lah, el Todopoderoso.

8. Sa‘id ibn Al Musaieb, que Al-lah esté complacido con él, solía ir a la mezquita con regularidad. ¡Nunca se perdió una oración en congregación por cuarenta años!

Los comerciantes de este mundo no escatiman esfuerzos para aprovechar cualquier oportunidad y hacer lo que sea necesario con tal de obtener grandes ganancias. ¿Por qué no comercias con Al-lah, el Exaltado? ¿Por qué no compites en realizar actos de adoración y buenas obras, con el fin de obtener beneficios abundantes y grandes recompensas de Al-lah, el Altísimo?

Ramadán es una de las grandes oportunidades que debe ser aprovechada y utilizada plenamente. Es una gran temporada de recompensas para la que uno debe prepararse. Los observadores no deben perder de vista tan grande oportunidad. Ramadán es el mes del perdón, el mes de ganarse el Paraíso, y el mes de la salvación del Infierno. Es la época precisa para aquellos que tienen corazones rectos y puros, facultades piadosas [que se abstienen de hacer lo que está prohibido], y quienes no desperdician su tiempo realizando actos perjudiciales o inútiles.

Estos son algunos consejos que le ayudarán a hacer un uso completo de este mes sagrado y gastarlo en la realización de buenas obras:

1. Ayunar es un acto de adoración y no sólo una costumbre.

El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “A quien ayuna durante el mes de Ramadán con fe sincera y con la esperanza de obtener las recompensas de Al-lah, le serán perdonados todos sus pecados anteriores”. [Bujari y Muslim]

Esto significa que uno debe ayunar en Ramadán por su fe en Al-lah, el Exaltado, y en Sus recompensas por el ayuno. Uno debe aspirar a obtener esas recompensas y no a presumir u ostentar, o a obtener dinero o prestigio.

2. Ramadán es una bendición y uno debe estar agradecido por ello.

Piensa en aquellos que han muerto antes de Ramadán. Ellos ya no pueden llevar a cabo buenas acciones y el registro de sus obras ha sido cerrado para siempre. Ellos no pueden ganar ningún premio ni llevar a cabo una buena acción, tan simple como eso.

A diferencia de ellos, Al-lah, el Altísimo, ha prolongado tu vida hasta que atestigües Ramadán y Él te ha brindado la oportunidad de obtener todas estas abundantes recompensas. De hecho, esta es una bendición que supone mostrar agradecimiento y alabanza a Al-lah, Glorificado sea.

3. Dormir y levantarse.

Si pasas los días de Ramadán durmiendo y desperdicias sus noches en la frivolidad, te habrás privado de las recompensas del ayuno y la oración nocturna. Terminarás el mes con las manos vacías. De hecho, son sólo unos pocos días y noches memorables y el mes bendito de Ramadán terminará en un instante. Por lo tanto, uno debe esforzarse en la adoración y en dedicar su tiempo a realizar actos de adoración y buenas obras, con el fin de obtener placer y felicidad en el Más Allá. Ten cuidado con gastar el mes de Ramadán siendo negligente. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Habrá perdido algo realmente grandioso aquel que tiene la oportunidad de ayunar el mes de Ramadán y lo termina sin ser perdonado”. [At-Tirmidhi, Al Hakim, Al Albani]

4. Recitación del Noble Corán.

Ramadán es el mes del Corán. Los predecesores piadosos solían esforzarse en recitar el Noble Corán en Ramadán y le daban a ello prioridad por sobre cualquier otro acto de adoración. Algunos de ellos solían recitar el Noble Corán completo, ¡cada noche! Así que haz tu mejor esfuerzo en recitar el Corán durante el mes bendito de Ramadán, cumpliendo las obligaciones de la recitación y las reglas del Taywid para mejorar tus habilidades.

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