Algunas mujeres dedican la mayor parte de su tiempo en Ramadán en la cocina y no dedicando tiempo a recordar a Al-lah, el Todopoderoso o recitando el Corán. Una mujer en esta categoría se pierde la recompensa de tales actos buenos y se comporta como si Ramadán fuera sólo un mes para dedicarse a comer y beber, no un mes para ayunar, orar por la noche y recitar el Corán.
Algunas otras mujeres desean orar y ayunar con la gente, así que toman pastillas para retrasar la menstruación a pesar que es mejor no hacerlo y estar satisfecha con lo que Al-lah, Glorificado sea, ha decretado, dado que estas píldoras tienen efectos secundarios y efectos nocivos a largo plazo, según dicen los médicos. Además, Al-lah, el Todopoderoso, ha ordenado esto para las mujeres debido a cierta sabiduría que Él tiene, y su prevención está en contra de la naturaleza saludable.
Al tener la menstruación o el sangrado posparto, algunas mujeres se descuidan y no recuerdan a Al-lah, Glorificado sea, ni recitan el Corán, a pesar del hecho de que está permitido hacerlo. De acuerdo con la opinión aceptable de los eruditos, a ellas les está permitido recitar el Corán sin tocar el Mus-haf (Corán) directamente. Las mujeres menstruantes pueden leer libros útiles, escuchar el Corán o cualquier otro programa útil de la radio, cintas de audio o discos compactos, y serán recompensadas según su intención.
Algunas mujeres van a la mezquita a rezar el Tarawih (oraciones nocturnas voluntarias) mientras exponen su belleza sin tomar en cuenta el hecho de que las mujeres son consideradas ‘Awrah (que no deben ser expuestas). Algunas otras mujeres van a la mezquita solas con un conductor masculino no Mahram (desposable) y esto es considerado un aislamiento prohibido. En tales casos, es mejor quedarse en casa.
En su libro Al Matyar Ar-Rabih fi Zawab Al ‘Amal As-Salih, Al Hafidh ‘Abdul Mu’min ibn Jalaf Ad-Dumiati, que Al-lah tenga misericordia de él, escribió un capítulo intitulado “Recompensa de las oraciones femeninas en casa” que citaremos brevemente aquí:
Se narró bajo la autoridad de Ibn ‘Umar, que Al-lah esté complacido con él, que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “No impidan a las mujeres ir a las mezquitas, aunque sus casas son mejores para ellas”. [Abu Dawud] El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, también dijo: “La mujer es ‘Awrah (algo privado que debe estar cubierto), y cuando sale, el demonio la tienta y la utiliza para tentar a otros. Las mujeres están en el estado más cercano a Al-lah cuando están en casa”. [At-Tabarani] Se narró en la autoridad de Ibn Mas‘ud, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “La oración de la mujer en su habitación privada es mejor que su oración en otras habitaciones de su casa, y su oración en otras habitaciones de su casa es mejor que su oración en los corredores de su casa, y su oración en los corredores de su casa es mejor que su oración en la mezquita”. [Abu Dawud e Ibn Juzaimah]
Esto significa que mientras más oculta está la mujer de los ojos de la gente, mejor será su oración (en recompensa). Ibn Juzaimah y un grupo de eruditos, que Al-lah tenga misericordia de ellos, declararon que la oración de las mujeres en sus hogares es mejor que su oración en la mezquita, incluso si esta fuera Al Masyid Al Haram en La Meca, Al-Masyid An-Nabawi o Al Masyid Al Aqsa. Esto está apoyado por los hadices (narraciones) antes mencionados, y el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le dijo esto explícitamente a Umm Humaid, que Al-lah esté complacido con ella, en el siguiente hadiz. Esto es porque mientras mayor sea la distancia que camine la mujer, menor será su recompensa. Umm Humaid, la esposa de Abu Humaid As-Sa‘idi, que Al-lah esté complacido con ellos, se dirigió al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y le dijo: “¡Oh, Mensajero de Al-lah! Amo orar contigo”. Él dijo:“Sé que amas orar conmigo, pero orar donde duermes es mejor que orar en tu habitación, orar en tu habitación es mejor que orar en [cualquier lugar de] tu casa, orar en tu casa es mejor que orar en la mezquita de tu pueblo, orar en la mezquita de tu pueblo es mejor que orar en mi mezquita”. De modo que ella ordenó que se construyera un área de oración en el lugar más remoto y oscuro de su casa, donde permaneció haciendo oración hasta su muerte. [Ahmad, Ibn Juzaimah e Ibn Hibban]
‘A’ishah, que Al-lah esté complacida con ella, dijo: “Si el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, hubiera sabido lo que las mujeres hicieron después de él, les habría impedido ir a la mezquita”. Si esto es lo que ella dijo respecto a las Compañeras y las mujeres de la primera generación, ¿qué diría si viera a las mujeres de nuestro tiempo?
Algunas mujeres van a la mezquita acompañadas de sus niños pequeños que son difíciles de controlar fuera de casa. Algunos de los niños puede que lloren, mientras otros correrán por toda la mezquita. Ellos pueden reunirse y utilizar la mezquita como lugar de juegos donde pueden correr y perseguirse unos a otros. Incluso podrían tomar algunos Mus-hafs y jugar con ellos o lastimar a la gente mientras rezan, además de las molestias que causan a todas las personas que están orando.
Algunas mujeres usan perfume cuando van a la mezquita y esto está prohibido. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Cualquier mujer que se aplique incienso no debe presenciar la oración de Isha’ con nosotros”. [Muslim] Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, dijo que vio a una mujer usando perfume y le dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, decir:‘A cualquier mujer que se aplique perfume y luego vaya a la mezquita, su oración no le será aceptada hasta que haga Gusul”. [Al Albani: Sahih]
Diferentes tipos de mujeres en Ramadán: ¿Cuál eres tú? (Parte 2)