Uno de los mejores métodos para lograr la sinceridad, es cuando la persona glorifica a Al-lah, el Todopoderoso, y tiene presente claramente que su Señor lo Está observando y Sabe todo lo que esconde dentro de sí; Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {[Allah] Conoce las miradas subrepticias [hacia lo que Él Prohibió], y lo que esconden los corazones} [Corán 40:19].
Que la persona se olvide de que los demás la están mirando cuando realiza una obra, es otra manera de lograr la sinceridad. Es decir, que no debemos dar importancia a las personas al tratar con nuestro Señor; así, sólo debemos estar interesados en complacerlo sin prestar atención a las críticas ni a las alabanzas de las personas.
Otra manera de lograr la sinceridad es encubrir la obra. Esta es la razón por la que muchos de As-Salaf (nuestros virtuosos predecesores – que Al-lah les dé Su perdón) ocultaban sus obras de las personas, por el temor a que sus intenciones no se mantengan sinceras. Algunos de ellos llegaron incluso a engañar a sus esposas haciéndolas creer que estaban dormidos, y cuando ellas se dormían, se levantaban y rezaban las oraciones voluntarias de la noche.
Cuán dulces fueron las palabras del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cuando describió los siete tipos de personas a las que Al-lah Cubrirá con la sombra de su trono en el Día en el que no haya más sombra que aquella, entre ellos él mencionó: “…un hombre que dé en caridad y lo mantenga en secreto (hasta el punto) que su mano izquierda no sepa lo que su mano derecha ha dado; y una persona que recuerda a Al-lah en soledad y sus ojos se llenan de lágrimas”.
‘Umar, que Al-lah esté complacido con él, solía pedir sinceridad a su Señor diciendo: “Oh Al-lah, Haz que todas mis obras sean correctas (que coincidan con la Sunnah) y que sean solamente por Tu causa, y que ninguna persona tenga parte alguna en ellas”.
Algunas virtudes de la sinceridad:
La sinceridad tiene muchas virtudes importantes y magníficos efectos, los siguientes son algunos de ellos:
Finalmente:
El Imam Ibn Al Qayyim, que Al-lah le dé Su perdón, dijo:“Las obras de la gente sincera son todas realizadas únicamente por la causa de Al-lah; sus palabras, acciones, donaciones, control de sus deseos, amor y odio, son todos hechos únicamente por la causa de Al-lah. Sus condiciones interiores y exteriores son todas por Al-lah, y no hacen nada con la esperanza de ser enaltecidos por otros, o ser amados y mantenidos en un rango elevado ante los ojos o en los corazones de las personas, ni hacen nada intentando evitar las críticas de las personas. Su trato con las personas es como si ellos estuvieran muertos y no pudieran ocasionarles ningún daño ni traerles ningún bien. Sólo un ignorante haría algo esperando obtener alguna ganancia de parte de las personas, ya sea estatus, alabanzas u honor, porque la gente no posee lo que él busca. Aquel que realmente es conciente del lugar de las personas y de sus limitadas habilidades, les dará su merecido valor; mientras que aquel que es conciente de la Grandiosidad de Al-lah, se esforzará por alcanzar la sinceridad en todas sus acciones y las realizará únicamente por la causa de Al-lah”.